El gimnasta irlandés, Rhys Mcclenaghan, puso a pruebas las llamadas “camas antisexo” de la Villa Olímpica en Tokio, comprobando que sí aguantan.
El deportista subió un video en redes sociales dando varios saltos en la cama de su habitación.
"Se supone que las camas son 'anti-sexo', si están hechas de cartón, deberían romperse al menor movimiento brutal, dicen. No es cierto, son 'fake news'", tuiteó el deportista.
Las camas de la Villa Olímpica son ecológicas, están hechas con cartón, son reciclabes y angostas.
A los atletas se les invitó no tener relaciones sexuales por el tema del Covid-19.
Antes de él, el estadounidense Paul Chelimo había bromeado sobre las camas destinadas, según él, "a impedir toda intimidad entre deportistas". "Estas camas podrán soportar solamente el peso de una sola persona con el fin de evitar toda situación que no sea deportiva", escribió el especialista de medio fondo en redes sociales.
Incluso la cuenta de Twitter del servicio de prensa del Comité Olímpico Internacional (COI) se involucró en el "asunto de las camas anti-sexo", retuiteando el video de Rhys McClenaghan y explicando que recibían "muchas preguntas sobre estas camas ecológicas de la Villa Olímpica".
No es la primera vez que estas camas causan sensación. Su fabricante, la sociedad Airweave, ya explicó en enero de 2020 que las camas estaban diseñadas para soportar hasta 200 kilogramos de peso.
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