El coordinador de la fracción de Morena en el Congreso de la Ciudad de México, Ricardo Ruiz, renunció a su cargo, debido a “la agudización” de conflictos internos al interior del grupo parlamentario.
"Hay ciclos y límites en la representación que se nos asignan y la mía me parece ha llegado a su fin. No veo en el panorama existente posibilidad personal de incidir en cambios importantes en la situación y mejoramiento de las condiciones que prevalecen”, expuso en una extensa carta que dirigió a sus compañeros de bancada.
Ruiz Suárez envió esta misiva a los 32 compañeros admitiendo que asumió la coordinación en medio de una división, pues desde que Ernestina Godoy dejó la curul comenzaron a formarse tribus.
Ante ello, trató de “mantener a toda costa la unidad del grupo”, pero este esfuerzo no sirvió.
"Lo anterior ha hecho que actuemos divididos y que en los hechos la oposición a nuestro proyecto se fortalezca y apueste a la división nuestra”, indicó.
La renuncia de Ricardo Ruiz se da en un contexto de confrontación en la bancada de Morena. El pasado 6 de noviembre Ruiz intentó disuadir a Rigoberto Salgado de exponer en tribuna un escándalo de corrupción en un proceso de compra de uniformes y éste ignoró la petición. El pleno decidió que la Contraloría interna investigue los procesos de licitación de los últimos dos años.
A finales de octubre circuló en los medios un comunicado de un grupo de 14 diputados entre los que estaban Rigoberto Salgado, Efraín Morales y Guadalupe Chavira, del autodenominado grupo “la tercera vía”, que pedía transparentar el manejo de los recursos en el Congreso y expresaron su enojo frente a Ricardo Ruiz, Valentina Batres y José Luis Rodríguez.
Afirmaron que se sentían “los dueños del Congreso”, que sus intereses personales estaban por encima del interés de grupo y que habían perdido el rumbo.
El 31 de octubre en tribuna, Efraín Morales denunció que había 17 autos que no se habían subastado, como se había acordado en el pleno a inicios de la legislatura y que estaban al servicio de una élite dentro de la bancada de Morena, señalamiento que molestó a una parte de la bancada y a la oposición.
En el pleno se decidió que esos autos se subastarían.
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