A dos años del inicio del nuevo gobierno, Conapesca e Inapesca tienen la urgencia de echar a andar un plan de atención integral para el Alto Golfo de California, donde existe un completo abandono a las comunidades pesqueras de San Felipe, Baja California y el Golfo de Santa Clara, Sonora.
El temor que los mueve es la posibilidad de que Estados Unidos amplíe el embargo pesquero que está vigente en la región desde agosto de 2018 a los 17 estados costeros del país, y que pueda aplicar mayores sanciones comerciales contra México, a partir del endurecimiento de las reglas ambientales del T-MEC.
De esta manera, el nuevo acuerdo para el hábitat de la vaquita marina, ya se encuentra en la última revisión por parte de las Unidades Jurídicas de la Secretaría de Marina (Semar), Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), para su publicación lo más pronto posible en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
Con el tiempo encima por el inicio de la temporada de camarón en el mes de septiembre, la “nueva estrategia” para el Alto Golfo de California, que aseguran ya cuenta con el aval del Gobierno de Estados Unidos, prohibirá ahora sí, el uso de todas las redes de enmalle o agalleras en la zona, incluidas las utilizadas para capturar a la curvina golfina.
Para lograr la sustitución de las artes de pesca tradicionales, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) y el Instituto Nacional de la Pesca (Inapesca), contarán con el financiamiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), con lo que se buscará generar nuevas tecnologías para las capturas.
Los ensayos con redes de pesca alternativas como las llamadas suriperas y chango ecológico, anteriormente probadas con resultados no satisfactorios para las cooperativas, se realizarán del 3 al 5 de agosto y del 18 al 20 de agosto próximos.
Hasta el momento, no existe claridad sobre los programas de compensación que recibirán los pescadores legales, quienes se mantienen en la incertidumbre, con la única promesa de que las secretarías de Bienestar, Turismo, Trabajo y Educación Pública, entre otras, contarán con presupuesto para lograr el desarrollo integral de la comunidades e impulsar programas productivos.
La idea de Conapesca e Inapesca es que con la eliminación total de las redes de enmalle en el hábitat de la vaquita marina, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), regrese a México la comparabilidad de sus pesquerías y con ello reabra las fronteras a la compra de camarón, sardina, chano, sierra, arenque, macarela, anchoas y curvina, capturadas por embarcaciones menores y de mediana altura del Alto Golfo de California.
El término de comparabilidad significa que México tiene que contar con una regulación equiparable a la de Estados Unidos, para evitar las capturas incidentales de especies protegidas.
Mano dura
La nueva estrategia que prepara el Gobierno de México tiene como base la inspección y vigilancia que realizará la Secretaría de Marina (Semar) en la región, que necesita aplicar mano dura para detener de una vez por todas la captura ilegal de pez Totoaba y el uso de redes prohibidas, donde muere ahogado el mamífero marino en mayor peligro del mundo.
Las cooperativas de pescadores ribereños consideran que mientras no se restablezca el estado de Derecho en el Alto Golfo de California, se aplique la ley y no haya impunidad, todas las demás acciones quedarán otra vez como buenos deseos.
Destacaron que se requieren protocolos y decisión a la hora de combatir la pesca furtiva, ya que recordaron el caso de Enrique García Sández, "El Kiki", exinspector de la Profepa convertido en “totoabero”, quien en marzo de 2019, fue herido de bala por elementos de la Marina durante una persecución, y al final las autoridades terminaron ofreciéndole disculpas y pagándole una indemnización.
Añadir nuevo comentario