A las 6:00 de la mañana de este miércoles 2 de octubre inició la temporada de captura de camarón en el Alto Golfo de California, en las comunidades del Golfo de Santa Clara, Sonora y San Felipe, Baja California, que este 2024 cumplen seis años con un embargo pesquero a cuestas por parte de Estados Unidos, "por la falta de una estrategia efectiva para frenar la mortandad de vaquita marina".
La sanción comercial impuesta en 2018 y ampliada en 2020, prohíbe la importación a EU de cualquier producto pesquero procedente de la región, lo que impacta a 108 barcos de mediana altura y mil 460 pangas con permiso de San Felipe, Santa Clara y Puerto Peñasco.
Por esta situación, se estima que las pérdidas anuales ascienden a 25 millones de dólares, por el cierre del principal mercado internacional para el famoso camarón azul del Alto Golfo de California, ubicado en San Diego, California.
Fuentes consultadas por Excélsior, dieron a conocer que en este primer día de actividades, al levantarse la veda por parte de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), unas 100 pangas de Santa Clara y 100 de San Felipe, salieron a trabajar, a pesar de que la marea está muy grande y eso ocasiona que junto con el camarón capturen mucha jaiba y escama.
De acuerdo con los pronósticos oceanográficos, las condiciones en el mar mejorarán a partir del próximo viernes, por lo que se espera que la mayoría de los pescadores se incorporen a las tareas productivas.
A pesar de que las redes de enmalle o agalleras están prohibidas desde septiembre de 2020, la pesca se sigue realizando con estos equipos tradicionales, ante la falta de interés del Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura (IMIPAS), antes INAPESCA, que lleva dos sexenios sin ofrecer una alternativa viable, que evite la captura incidental de la vaquita marina.
Además de que sigue sin cumpllirse el Plan de Acción de Cumplimiento ofrecido a CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), en medidas tan básicas como la colocación de geo-localizadores en las pangas; control y vigilancia de los sitios de embarque y desembarque, así como el marcaje de equipos de pesca para embarcaciones menores.
En estos momentos, sólo hay cinco inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), asignados a la comunidad de San Felipe: tres de la representación en Baja California y dos envíados desde oficinas centrales, pero ninguno en el Golfo de Santa Clara, Sonora, para cubrir toda el Área de Refugio para la Protección de la Vaquita Marina, que abarca mil 841 kilómetros cuadrados, es decir, una superior mayor a la que ocupa la Ciudad de México con mil 485 kilómetros cuadrados.
Añadir nuevo comentario