México es uno de los principales países consumidores y exportadores de ejemplares, productos y subproductos de vida silvestre que se mueven de manera ilegal por vía aérea en América Latina y El Caribe.
Entre 2010 y 2020, el 36 por ciento de los casos de tráfico de especies por aire en la región ocurrieron en México.
La mayoría tuvieron que ver con el contrabando de vejigas natatorias o “buches" de pez Totoaba escondidas en el equipaje documentado, reveló un informe de las organizaciones TRAFFIC, Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y Centro de Estudios Avanzados de Defensa (C4ADS), entre otras.
El reporte “Despegando: Tráfico de vida silvestre en la región de América Latina y El Caribe”, advierte que a pesar del confimamiento social y la dramática reducción en el tráfico aéreo por la pandemia del Covid-19, “traficantes de vida silvestre en México continuaron explotando el sector del transporte aéreo para enviar vejigas de Totoaba al extranjero".
Según la base de datos de decomisos aéreos, el 50 por ciento del tráfico regional tenía como destino México (lagartijas, productos de grandes felinos y cocodrilos).
A diferencia de las especies marinas que son las que salieron de territorio nacional hacia el exterior.
La investigación establece que los grupos criminales en México se dedican principalmente a las drogas y la trata de personas pero se han vuelto más activos en el comercio ilícito de vida silvestre para diversificar sus fuentes de ingresos.
Añadir nuevo comentario