Más de 140 millones de toneladas de plástico acumulados en siete décadas en ríos, lagos y océanos contaminan los ecosistemas marinos y terrestres, lo que impacta en el turismo y la pesca, así como la salud por la presencia de productos químicos peligrosos en los organismos consumidos por el ser humano, advierte un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Mientras usted está leyendo, 109 millones de toneladas de plástico nadan en los ríos y lagos del mundo, otras 30 millones de toneladas hacen lo propio en los océanos, y 1.4 millones de toneladas se encuentran en tránsito lento de los ríos a los mares del planeta.
El informe "Perspectiva mundial de los plásticos", señala que tan sólo en 2019, 6.1 millones de toneladas de plástico se filtraron a los cuerpos de agua, y limpiar estos residuos de la naturaleza se está volviendo más difícil y costoso a medida que se fragmentan en partículas cada vez más pequeñas.
El estudio de la OCDE, que agrupa a 34 países miembros, entre ellos, México, destaca que la producción mundial de plástico se duplicó de 2000 a 2019 al pasar de 234 millones de toneladas a 460 millones de toneladas, impulsada por el crecimiento de la población y el aumento de los ingresos.
"En este mismo período, el incremento de los volúmenes de plástico superó el crecimiento económico en casi 40 por ciento. Si bien el Covid-19 redujo temporalmente este aumento, es probable que se recupere una vez más, aunque con un ligero cambio en las tendencias de uso y residuos", establece.
De acuerdo con la OCDE, casi dos tercios de los residuos plásticos provienen de aplicaciones con una vida útil de menos de cinco años: embalaje (40 por ciento), productos de consumo (12 por ciento) y textiles (11 por ciento).
Del total de los plásticos, únicamente 55 millones de toneladas se recogieron para su reciclaje en 2019, pero 22 millones de toneladas terminaron siendo un residuo que necesitaba de otro proceso para su eliminación.
En última instancia, el nueve por ciento de los residuos plásticos se reciclaron, el 19 por ciento se incineraron y casi el 50 por ciento se destinaron a vertederos sanitarios. El 22 por ciento restante se eliminó en vertederos incontrolados, se quemó en pozos abiertos o se filtró al medio ambiente.
Pandemia
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos indica que la pandemia de Covid-19 alteró las tendencias en la producción de plásticos, ya que por un lado la demanda global de ciertas aplicaciones en el sector salud y comercio creció significativamente y por otra parte, se redujo debido a la disminución sustancial de la economía por el confinamiento.
El aumento se registró por la necesidad de contar con equipos de protección personal, ya que se estima que el uso de plásticos tan sólo para fabricar mascarillas fue de alrededor de 300 mil toneladas en 2020.
Del mismo modo, el Covid-19 alteró significativamente la actividad económica y los patrones de consumo, con un cambio en la demanda hacia los alimentos para llevar y el comercio electrónico, que utilizan cantidades significativas de plástico de un solo uso y envases desechables.
En contraste, la disminución sustancial de la actividad económica general durante la pandemia vio disminuir el uso de la mayoría de los plásticos, con reducciones especialmente grandes en el comercio mayorista y minorista, así como la fabricación de vehículos automotores.
"Estos tres sectores por sí solos redujeron el uso de plástico en un estimado de 8.2 millones de toneladas en 2020", precisó.
Huella de carbono
Más allá de los peligros que los plásticos representan para el medio marino y terrestre, así como para los seres humanos, también contribuyen sustancialmente a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
En 2019, los plásticos generaron 1.8 gigatoneladas (Gt) de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), es decir, 3.4 por ciento de las emisiones globales; el 90 por ciento de estas emisiones provienen de la producción y conversión de los plásticos en combustibles fósiles.
Para reducir su huella de carbono, se plantea el uso de bioplásticos derivados de biomasa, como maíz, caña de azúcar, trigo o residuos de otros procesos.
"Aunque hay preocupaciones importantes sobre los efectos ambientales indirectos de la producción de la materia prima agrícola requerida", reconoce la OCDE.
Tratado Mundial
A finales de este mes, en Nairobi, la capital de Kenia, los gobiernos de 193 países del mundo debatirán el camino para lograr el primer tratado mundial que haga frente a la plaga del siglo XXI, la contaminación por plásticos.
La Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que se celebrará del 28 de febrero al 2 de marzo, tiene como principal reto conformar un comité de negociación intergubernamental que llegue a un acuerdo para que los países eliminen las fugas de plástico -especialmente en el océano- mediante objetivos y planes nacionales de reducción, reciclaje y gestión.
Hasta ahora, la propuesta de Perú y Ruanda es la que tiene mayor aceptación y establece que el tratado mundial debe ser adoptado en dos años, para que después cada país lo ratifique a nivel local con el fin de que sea vinculante, es decir, obligatorio.
El enfoque que plantea es del "ciclo de vida completo", abordando tanto la producción de plásticos como la gestión de los residuos, así como la contaminación por plásticos en cualquier entorno, no sólo en los océanos.
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