La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) dio luz verde al Aeropuerto de Santa Lucía con una vigencia de entre 33 y 50 años.
El documento elaborado por el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena) como promovente, aprobó la construcción del Aeropuerto, la interconexión con el actual aeropuerto y y la reubicación de las instalaciones militares, porque obedece a la demanda de servicios aeroportuarios.
El estudio se hizo con base en el Plan Maestro de la obra y en lo que más se enfocó fue en el uso de la turbosina, tanto en almacenamiento, suministro y distribución, que resultó ser más alto que lo que se dijo en el Plan Maestro.
En términos generales, señala el documento, los riesgos de incendio y explosión “son en su mayoría temporales, por lo que al sistema ambiental local, en las condiciones actuales, tiene la capacidad de recuperar los valores normales en sus componentes ambientales”.
Agrega que por ello se determinó que el proyecto es viable “en materia de riesgo ambiental”. La Semarnat también decretó que la construcción del Aeropuerto no afectará la fauna del polígono.
“Se concluye que la fauna silvestre dentro del sitio del proyecto y áreas de influencia directa no se ve comprometida en la realización del proyecto”.
La única conclusión de la Semarnat que concuerda con las demandas de la población vecina a Santa Lucía es que se debe cuidar que las comunidades circundantes se beneficien, pero descarta los “impactos fuertes”.
“Si bien no se puede concluir de manera contundente, si se puede prever que la animadversión por el proyecto será baja en la operación del aeropuerto, por lo que se considera un impacto benéfico significativo”, añaden.
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