Las aves migratorias que emprenden viajes muy largos y desafiantes lograron adaptarse al entorno con un conjunto de cambios evolutivos que van desde mecanismos sensoriales que facilitan su orientación hasta el color de sus plumas, que ahora son más claras y menos reflejantes, lo que las ayuda a evitar sobrecalentarse durante el vuelo durante el día.
Un estudio realizado por científicos de Alemania y Nueva Zelanda publicado en la revista Current Biology (Biología Actual), establece que las aves que realizan migraciones cortas tiene el plumaje más oscuro en contraste con las que realizan largos recorridos, debido a que el aumento de la temperatura ligado al cambio climático, las podría forzar a volar durante más horas en la noche.
Alex Richter-Boix, doctor en Ecología Evolutiva, destacó que según investigaciones previas, algunas especies como el pato Eíder, tiene que hacer pausas durante los vuelos migratorios para reducir la temperatura de sus cuerpos.
"Aunque las diferencias encontradas son sutiles, se aprecia una tendencia en la que las aves residentes o los que realizan migraciones cortas tienen plumajes ligeramente más oscuros que los que realizan grandes migraciones. El aumento de la temperatura podría forzar a las especies más oscuras a volar durante más horas en la noche, para evitar las altas temperaturas del día y sobrecalentarse en exceso", explicó.
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