El Gobierno de México negocia con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump la construcción de pasos de fauna en el nuevo muro fronterizo que levanta en el Desierto de Sonora, y que fragmenta los corredores biológicos entre la Reserva de la Biosfera del Pinacate y Gran Desierto de Altar y el Organ Pipe Cactus National Monument.
Roberto Aviña Carlín, titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), reconoció que esta obra que inició desde el 22 de agosto de 2019, en los límites entre Lukeville, Estados Unidos y Sonoyta, México, genera una gran preocupación por el impacto en la evolución y migración de especies protegidas como el jaguar, el berrendo y el borrego cimarrón.
“Básicamente es que los corredores se mantengan, busquemos esquemas técnicos, pasos como se ha hablado en las carreteras, pasos de fauna, puede haber otros esquemas que hay que negociar, y aquí tenemos la posibilidad nosotros de plantearlo técnicamente en términos biológicos-ecológicos, pero en conjunto con el tema de seguridad, el tema de soberanía nacional, y eso es lo que está gestionando el Presidente de la República a través de la Cancillería”, reveló.
Roberto Aviña Carlín agregó que las gestiones las encabeza Martha Bárcena, embajadora de México en Estados Unidos, con el fin de reducir los impactos negativos por la construcción del nuevo muro fronterizo, a lo largo de 119 kilómetros, en una primera etapa, donde antes sólo existían las llamadas vallas de Normandía, que permitían el libre tránsito de la fauna.
En riesgo
El Centro para la Diversidad Biológica, que mantiene una disputa legal con la administración Trump por la construcción del nuevo muro de 9.1 metros de altura en el Desierto de Sonora, presentó en París alegatos con el fin de que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declare al Pinacate y Gran Desierto de Altar como Patrimonio Mundial en Peligro.
“Estamos en la UNESCO en París, donde acabamos de exponer ante miembros del Comité de Patrimonio Mundial y de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, los riesgos que representa el muro de Trump para el sitio de Patrimonio Mundial que es la Reserva de la Biosfera del Pinacate y Gran Desierto de Altar en México”, dio a conocer Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica.
La organización ambientalista advierte que el muro ya comenzó a dividir el hábitat ecológicamente crítico de El Pinacate, por lo que es urgente que el Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO examine y recomiende medidas para mitigar los impactos en la región.
Recordó que para construir el muro, la administración Trump renunció a 41 leyes de Estados Unidos que protegen la vida silvestre en peligro de extinción, los recursos culturales, tumbas nativo-americanas, aire limpio, agua limpia, y las tierras públicas.
La construcción del muro también requiere la extracción de millones de litros de agua subterránea para la mezcla del concreto, que son recursos binacionales compartidos por las comunidades y la vida silvestre en ambos lados de la frontera, como es el caso del oasis de Quitobaquito, que podría secarse en caso de que continúe la explotación irracional de pozos.
Además de que esta infraestructura de acero rellena de hormigón bloquea el acceso de la tribu Tohono O’odham, que vive del lado mexicano y estadounidense, a sus tierras tradicionales y sitios sagrados.
(Ernesto Méndez)
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