El monitoreo periódico de los manglares, - un ecosistema único, especial y vulnerable -, es indispensable para emprender acciones para su prevención y restauración, advirtió la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
Durante la presentación virtual de la publicación “Manglares de México. Actualización y Análisis de los datos 2020”, la Conabio recordó que los manglares proporcionan múltiples beneficios a los seres humanos a nivel local, regional y global, al proteger las costas contra eventos extremos como huracanes e inundaciones; por su papel clave en la actividad pesquera, y por la regulación de nutrientes y gases de efecto invernadero como el carbono en las zonas de intercambio entre la tierra y los océanos.
Los manglares de México representan el seis por ciento del total mundial y colocan a nuestro país en el cuarto lugar de los países que poseen este ecosistema, tan solo por debajo de Indonesia, Australia y Brasil.
La importancia del monitoreo de manglares radica en que al determinar el estado y las tendencias de cambio (deterioro o recuperación) incluida la identificación de las amenazas existentes y la aparición de nuevas permitirá tomar acciones eficaces para su conservación.
En este sentido, la Conabio, a través del Sistema de Monitoreo de los Manglares de México, elaboró cartografía especializada en cinco fechas específicas (1970/80, 2005, 2010, 2015 y 2020), generando una ventana de observación de 50 años.
En este nuevo material, el público en general puede conocer las cifras actualizadas de las superficies de manglar y otras coberturas asociadas en cada uno de los 17 estados costeros, que suman 905 mil 86 hectáreas en total.
"El lector podrá revisar las principales trayectorias y dinámicas de cambio que han ocurrido a lo largo del tiempo. Se detallan las metodologías y herramientas de análisis utilizadas en la elaboración del mapa. Además, se exponen casos de estudios derivados de la cartografía, como el impacto de los huracanes Willa y Carlotta en la costa del Pacífico en 2018 y 2012 respectivamente, el uso de fotografía con drones e imágenes radar para la caracterización estructural y el análisis de la conectividad con otros humedales", abundó la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad.
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