Después de la violenta erupción del volcán submarino Hunga Tonga en el Pacífico Sur, una extensa columna de dióxido de azufre (SO2), va llegando a México y al resto del mundo, como se puede constatar a través de imágenes satelitales de Copernicus, que es el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea.
De acuerdo con el mapa de emisiones consultado por Excélsior, la pluma de S02 se encuentra desplazándose desde Baja California Sur hacia abajo del territorio nacional del lado del Océano Pacífico, con mayor concentración en los estados de Jalisco, Nayarit, Guanajuato y Querétaro, viajando hacia la región central en el Estado de México y la Ciudad de México.
Según la ciencia, los volcanes son la fuente natural de emisiones de dióxido de azufre, que es un gas corrosivo que combinado con el vapor de agua presente en la atmósfera produce lluvia ácida.
En México, las termoeléctricas que utilizan combustóleo generan grandes concentraciones de dióxido de azufre, que salen a la atmósfera convertidas en partículas suspendidas PM10 y PM2.5.
El SO2 es un gas tóxico, que en grandes cantidades durante períodos cortos de tiempo puede irritar el tracto respiratorio, causar reacciones asmáticas, espasmos reflejos, parada respiratoria y congestionar los conductos bronquiales.
No hay alarma
Según Copernicus, no hay de qué alarmarse, ya que regularmente el SO2 que llega a la superficie de la Tierra como efecto de una erupción volcánica, es en niveles muy bajos, aunque lo recomendable es dar seguimiento y monitorear puntualmente la pluma de emisiones con el fin de descartar afectaciones en la calidad del aire a nivel local.
El Servicio Geológico de Tonga dio a conocer que la columna de humo y ceniza del volcán Hunga Tonga llegó hasta los 20 kilómetros de altura y un radio de 260 kilómetros.
En su cuenta de Twitter, el doctor Simon Carn, reconocido vulcanólogo de la Universidad de Michigan, informó que las emisiones de dióxido de azufre de Hunga Tonga "viajaron hacia el oeste y la mayor parte del gas se encuentra en la estratosfera".
La estratosfera comienza a una distancia comprendida entre 10 y 20 kilómetros por encima de la superficie de la Tierra y continúa hasta una altura aproximada de 40 a 50 kilómetros.
Con los datos que se tienen hasta ahora, se puede establecer que el impacto real de la nube de dióxido de azufre para las personas y el medio ambiente es mucho menos peligroso de lo que puede parecer.
Emergencia Climática
La erupción en la Isla de Tonga, en Oceanía, equivalente a un sismo de magnitud 5.8 en superficie, que a su vez provocó un Tsunami en varias regiones del planeta, no sólo deja preocupaciones, si no la esperanza de que pueda ayudar a combatir el cambio climático, debido a que las emisiones volcánicas que llegan a la estratósfera pueden generar un enfriamiento en las temperaturas globales.
En la literatura científica se establece que el despertar de los grandes volcanes podrían tener un efecto refrigerante para el planeta, gravemente afectado por la elevación de las temperaturas por causas antropogénicas, es decir, por las actividades ligadas al ser humano.
“Los gases de SO2 aumentan la reflexión de la radiación del Sol de regreso al espacio, enfriando la atmósfera inferior o la troposfera de la Tierra", explicó Mark Parrigton, experto del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus.
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