Alrededor del 75 por ciento de las cuencas de agua en México están contaminadas, lo que demanda la pronta intervención de los distintos sectores e instituciones para mitigar el problema por medio de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Con este objetivo, autoridades del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) presentaron, en conferencia de prensa, la convocatoria de investigación del Programa Nacional Estratégico (Pronaces) para el Conocimiento y Gestión de Cuencas de Agua para el Bien Común y la Justicia Ambiental.
De igual forma, se dio a conocer la segunda convocatoria dirigida a la Elaboración de Propuestas de Proyectos de Investigación e Incidencia para la Sustentabilidad de los Sistemas Socioecológicos.
El evento, que tuvo lugar en las instalaciones del Servicio Meteorológico Nacional, fue encabezado por María Elena Álvarez-Buylla Roces, directora general del Conacyt y Blanca Jiménez Cisneros, directora general de la Conagua.
Asimismo, participaron María Luisa de la Garza Chávez, directora de Investigación Científica Aplicada del Conacyt y Adrián Pedrozo Acuña, titular del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).
Álvarez-Buylla reconoció que México posee gran capacidad científica para contribuir en la solución a los problemas prioritarios de México. Apuntó que los fenómenos de contaminación del agua y la escasez de recursos hídricos es un tema urgente de atender ya que afecta la salud de la población. Reiteró que la articulación interdisciplinaria e intersectorial es fundamental y debe incluir al sector productivo y las entidades de gobierno responsables de atender las problemáticas de cuencas de agua y sustentabilidad.
Blanca Jiménez Cisneros destacó que esta colaboración es fundamental, debido a que el problema del agua es sumamente complejo, pues en él participan los sectores agrícola, pesquero, energético y económico, entre muchos otros. Hizo énfasis en que los esfuerzos aislados no permiten dar ese gran salto que sólo puede lograrse con programas intrasectoriales, que son un gran aporte que sí permite avanzar.
El reto ahora -señaló- es cómo tomar decisiones políticas basadas en la ciencia, principalmente cuando los periodos de cambio gubernamentales son muy cortos.
Ahora, apuntó, lo que se propone es un cambio de paradigma donde se involucre al sector académico con el sector público, con el fin de que se analicen los problemas del agua. “Para ello, se requiere una actitud abierta y crítica, encaminada a contribuir al desarrollo de las prioridades establecidas en el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que incluyen la atención prioritaria a los sectores más vulnerables y desfavorecidos históricamente”.
Añadir nuevo comentario