México se convirtió en el país número 24 en apoyar la moratoria para la minería submarina, en tanto no se tenga la información científica suficiente, que brinde certidumbre respecto a los impactos ambientales de esta actividad, que permita contar con normas, reglamentos, procedimientos, estándares y lineamientos que garanticen la protección eficaz del fondo marino.
El próximo lunes inicia en Ginebra, Suiza, la 77ª reunión del Comité Permanente de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), donde el gobierno mexicano será puesto nuevamente bajo la lupa sobre los primeros resultados del Plan de Acción de Cumplimiento sobre la protección de la vaquita marina y el combate al tráfico ilegal de pez Totoaba, bajo la amenaza de reactivar el embargo suspendido el 13 de abril, que impedia al país la venta al exterior de plantas y animales protegidos, así como partes y derivados.
En la reducción de 11.4 por ciento (nueve mil millones de pesos), al sector ambiental, propuesto en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2024 (PEF 2024), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), es una de las dependencias más castigadas, de acuerdo a un análisis de la coalición Noroeste Sociedad Civil para la Sustentabilidad Ambiental (NOSSA).
Activistas de Greenpeace México abordaron el buque minero Hidden Gem, fondeado en la Bahía de Manzanillo, Colima, para colgar una gran manta con la leyenda: “Destructor del Océano”.
En los últimos 10 días, la cifra de manatíes muertos en Tabasco pasó de 31 a 34 en lo que va 2023, en los municipios de Macuspana, Centla, Jonuta y Centro, según reportes oficiales.
Federaciones y cooperativas de pescadores del Alto Golfo de California presentaron una propuesta formal al Gobierno de México que busca por un lado salvar a la vaquita marina de la extinción y combatir el tráfico ilegal de pez Totoaba, pero también asegurar el susento diario para las comunidades del Golfo de Santa Clara y Peñasco, Sonora, así como San Felipe, Baja California.
El “muro flotante” de boyas con sierras en el río Bravo, que en su mayoría ocupa el lado mexicano, no es suficiente para el gobernador de Texas, Greg Abbott, quien ahora coloca alambres de filosas púas alrededor del afluente, para evitar el cruce de migrantes, lo que también afecta a las especies de vida silvestre, como osos, venados y pecaríes, que no se pueden acercar a tomar agua, denunció Laiken Jordahl, campañista del Centro para la Diversidad Biológica.